Tienen la capacidad de producir mejoramientos en el tono de músculos fláccidos o en la modelación de los contornos corporales.
Fueron descriptas y estudiadas por el profesor Kotz hace ya varias décadas, debido a su capacidad de lograr importantes cambios en el trofismo muscular.
Técnicamente se trata de corrientes de media frecuencia, moduladas con señales de baja frecuencia, permitiendo actuar en profundidad sobre la musculatura.
Las ondas rusas vencen la impedancia de la piel permitiendo su acción a gran profundidad, sin alterar la sensibilidad cutánea. Debido a sus características, son empleadas cuando el objetivo perseguido es la obtención de altos niveles de fortalecimiento muscular, ya que estas corrientes consisten en estímulos eléctricos mantenidos y uniformes, altamente tonificantes y a la vez modeladores del contorno corporal, razón por la cual esta modalidad eléctrica es elegida tanto en rehabilitación como en la estética.
La elección y combinación de las ondas correctas, forma y tiempo serán claves para el éxito del tratamiento.
También tener en cuenta que nada de esto reemplaza a un trabajo muscular activo, como el que nos brinda la actividad física, sino que es sólo un complemento de ésta.
No olvidar que los únicos autorizados legalmente a usar equipos de fisioterapia, somos los kinesiólogos.